SIBO son las siglas en inglés para “small intestine bacterial overgrowth” que significa sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado.
El SIBO es un síndrome de sobrecrecimiento bacteriano que surge por un aumento excesivo de las bacterias en el intestino delgado, donde no se encuentran normalmente en una cantidad muy grande, provocando problemas de salud como la malabsorción de nutrientes entre otros.
🔘Los síntomas de SIBO a menudo son crónicos y pueden tener un impacto significativo en la calidad de vida de los afectados. Los síntomas son:
• Distensión del abdomen.
• Exceso de gases que causan dolor abdominal.
• Diarrea.
• Estreñimiento.
✔️Este síndrome sucede cuando las bacterias que suelen estar en el colon o en el intestino grueso se dirigen al intestino delgado, donde no deberían estar en cantidades excesivas y esto se debe a causas como:
• Cantidad deficiente de ácido gástrico, sales biliares y enzimas digestivas.
• Trastornos del movimiento del intestino, lento o irregular.
• Disfunciones del sistema inmune.
• Alteraciones anatómicas.
¿Cómo se diagnostica?
Aún con las altas prevalencias de SIBO y su importancia, existe una falta de consenso del mejor método diagnóstico. Los métodos diagnósticos más usados se basan en la medición de hidrógeno producido del metabolismo hidrocarbonado de las bacterias luminales en la respiración exhalada.
Las células humanas no son capaces de producir hidrógeno o metano, así pues, su presencia significará un metabolismo de los carbohidratos en el intestino, una absorción de estos gases y una posterior exhalación por los pulmones.
La producción de gases dependerá entre individuos en función del número y tipo de bacterias.
A pesar de la controversia, estudios recientes muestran una buena sensibilidad para el diagnóstico con el test de hidrogeno expirado cuando hay elevaciones de ≥20ppm después de 90 minutos respecto al inicio.
Varios estudios confirman que usar la sintomatología clínica no es útil para diagnosticar el síndrome, pues estos, no son específicos para SIBO.