Para reducir al mínimo la placa bacteriana y evitar así que se forme el sarro, es necesario limpiar todos los días los dientes, la lengua, las encías, el paladar y el interior de las mejillas.
En concreto, una higiene oral completa debe incluir los siguientes pasos:
- Cepillarse los dientes cuidadosamente. Debe hacerse después de cada comida pero sobre todo es fundamental realizar un cepillado profundo antes de irse a dormir.
- Cepillarse suavemente a lo largo de la línea de las encías.
- Usar un dentífrico con flúor. El flúor ayuda a prevenir la caries.
- Limpiarse los espacios interdentales. Si existe espacio suficiente, usar un cepillo interdental o si no, hilo o seda dental. En ambos casos se debe usar una vez al día y preferiblemente por la noche.
- Limpiarse la lengua ya que en ella se acumulan un gran número de bacterias.
- Uso de enjuague bucal al menos una vez al día.
- Además, es recomendable acudir una vez al año al dentista para realizar un examen rutinario y una limpieza profesional cada 6 o 12 meses con el fin de eliminar el sarro, ya que este puede acumularse en los dientes incluso aunque se lleve a cabo una buena higiene bucal.