Qué difícil es volver a la rutina después de disfrutar de unas merecidísimas vacaciones. Y es que otra vez vuelve lo más temido por todos: los madrugones, los atascos, las prisas… Seguro que ya padeces el síndrome posvacacional, pero no te preocupes, que no es grave, simplemente es falta de energía y de concentración a la hora de realizar tus tareas. Te avisamos que, de esto, ¡se sale!
✔️Los síntomas del síndrome postvacacional son:
• Debilidad generalizada.
• Dolores musculares.
• Dolor de cabeza.
• Problemas para dormir.
• Cansancio durante el día.
• Cambios bruscos de humor.
• Dificultad para concentrarse.
• Desinterés.
• Irritabilidad.
✔️Este síndrome también afecta a los menores de edad, generando pesadillas, desinterés, cambios en los horarios de sueño, problemas para comer, irritabilidad o bajo estado de ánimo.
¿Quiénes son los más afectados? Normalmente, las personas que más suelen padecer cansancio, ansiedad, falta de concentración o dolores de cabeza (entre otros síntomas) son aquellos que:
- Disfrutan de períodos de vacaciones muy largos
- No están a gusto en su puesto de trabajo
- Se incorporan sin haber hecho un período de adaptación
Como hemos dicho, superarlo es fácil, y para ello, vamos a compartir contigo algunos errores que nos dificultan la vuelta a la rutina
✔️Los errores más comunes que no te permiten sobrellevar la vuelta son:
• No realizar actividades divertidas en tu tiempo de descanso.
• Recuperar la rutina de un día para otro sin adaptarnos a ella poco a poco.
• No incorporar un estilo de vida saludable como establecer horarios regulares, dormir suficientes horas, seguir una dieta equilibrada y practicar ejercicio.
• No realizar técnicas de relajación. Estas facilitan la adaptación a la rutina de forma rápida y eficaz.
• Recuperar el trabajo pendiente. Llevar trabajo a casa es perjudicial sobre todo en los primeros días de la adaptación.
• Posponer la visita al psicólogo. Cuando nos encontramos mal o las situaciones nos superan debemos visitar al especialista.
• Fomentar los pensamientos negativos. Mantén a raya esos pensamientos que no te dejan adaptarte a la rutina.